jueves, 28 de agosto de 2008

Con cambio por favor

Hace ya un tiempo, fui a comprar una chuchería a un maxikiosco lejos de mi casa.
Al momento de abonar, lo hice con un billete de mediana denominación.
Mientras la cajera abría el cajón del dinero, me dice "Uuuyyy, no le voy a poder vender. El billete es muy grande...".
Al observar que el cajón estaba rebosante de billetes de todo tipo, le dije ¿y los billetes que tenés en la caja?
- Son para dar vuelto...
- Bueno, dame el vuelto con esos billetes, y listo.
- No, porque si hago así, me quedo sin cambio.
- Pero si el cambio, es precisamente para dar vuelto !
- Claro, pero si le doy el cambio a Ud., puede venir otro cliente, y no voy a tener para darle a él. Pero no se preocupe, en la próxima cuadra, hay un banco. Porqué no va y cambia ahí el billete...
- Pero antes de irme hasta el banco, hacer la cola y volver, ¡ hago la compra en el negocio del frente ! ¡ Te perdés una venta !
- Bueno, pero por lo menos, no me va a quitar el cambio.
- Hasta lueeegoooo...

Miguel Brascó


miércoles, 20 de agosto de 2008

Quiero retruco !

Dice malena: "El recuadro que rodea la figura en los naipes y que no tiene interrupción en caso de los oro , tiene una interrupción en las copas, dos en las espadas y tres en los bastos, se llama “pinta". Su utilidad es poder saber el palo de la baraja sin desplegar del todo las cartas. De ahí la expresión "¿Que pinta tiene?".
Por supuesto que la lectora Malena hace referencia a la baraja española, pues la francesa (y otras) no tiene "pinta".
Otro dato igualmente sorprendente, es que la baraja española tiene en dos ángulos diametralmente opuestos un número, que permite saber el valor del naipe, ¡sin tener que desplegar del todo la carta!
Por ejemplo, si aparece un 12 podemos especular que si miramos toda la carta, ¡encontraremos un rey!. O si aparece un 4, el centro de la carta mostrará 4 signos correspondientes al palo de la misma. Ni 3, ni 5.
Este sorprendente hecho, haría innecesario contar con el centro del naipe, ya que con sólo ver la pinta, y el número, -voilà- ya conocemos su valor.
Esto permitiría jugar con cartas anulares, que ahorrarían mucho papel y tinta, siendo muy ecológicas, además de permitir verle la cara al jugador que tenemos enfrente.