Ley de Godwin

Dice Podeti: "REFLEXIONANDO, DESCUBRÍ QUE LA LEY DE GODWIN –ESA QUE REZA QUE EN UNA DISCUSIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, inevitablemente alguien va a terminar mencionando a Hitler o los nazis, y que el que lo hace pierde automáticamente la discusión- está equivocada; es bastante obvio que el primero que menciona a Hitler o los nazis (si es posible, a los dos), GANA, ya que pone al contrincante en una especie de situación de nazismo (o Hitlerismo)".

Como usuario ocasional del argumento nazi-hitleriano (a.n.h.) quiero contar mi experiencia en el tema.

1) El a.n.h. sólo tiene efecto luego de tres o cuatro rondas de comentarios. Para ese momento, el contrincante ya habrá expresado los argumentos principales de su postura, y le costará encontrar alguno nuevo que neutralice el ataque recibido.

2) El a.n.h. pone al oponente a la defensiva. Es él quien debe ahora demostrar que las ideas que sostiene no son nazis. Esto cambia el foco de atención, y nos distrae del tema original.

3) Eludir una respuesta, es la peor opción. Nada cumple más con el precepto de que "el que calla, otorga", que el a.n.h.

4) Para que el a.n.h. sea efectivo, debe existir una relación entre la importancia del tema, y el peso de este argumento. Decir por ejemplo: "Hoy prendí la televisión, y estaban dando repeticiones de Bailando por un Sueño. Ni siquiera en la época de los nazis pasaba esto" no aportará nada en su favor.

5) El a.n.h. debe evitar caer en falacias, tales como "Ser vegetariano es malo. Hitler era vegetariano".

6) Intentar desarticular un a.n.h. con frases tales como "A mí no me vengas con eso", o "¿Vos me estás cargando?" no funciona, salvo que se trate de un caso muy claro del punto 4. La duda favorece al atacante.

7) Hay que tener cuidado, porque el a.n.h. suele despertar a algunos Troll, que encuentran el pie justo para iniciar su ataque. En este caso, las discusiones se vuelven eternas.

8) La comprobación taxativa de que el a.n.h. ha vencido a su contrincante, es cuando la única respuesta que se obtiene de él es: "¿sabés qué? sos un pelotudo !".