miércoles, 12 de diciembre de 2007

Películas Navideñas

Dice Podeti: "Este es el ránking de las peores películas navideñas."
UN PAPÁ MUY ESPINOSO (“Christmas Tree”): John Gottfredson tiene una hermosa familia, una bella casa en los suburbios y un alto puesto ejecutivo en una empresa que fabrica juegos de mesa; pero su excesiva dedicación al trabajo le resta tiempo para pasar con su hijo Danny. Y lo peor de todo es que éste está empezando a dejar de creer en Santa Claus (tiene 17 años). El día en que John llega tarde al partido de jockey sobre hielo de Danny, una dura crisis se desata en la familia; Danny le grita “te odio” y su mujer lo amenaza con el divorcio. Entonces, mientras se emborracha en un tugurio, toma un Gin & Tonic mágico, ¡y algo increíble sucede! John despierta convertido en un Árbol de Navidad viviente. Ahora adorna el living de su propia casa, y mientras recupera el diálogo con su hijo, el único que lo escucha, deberá enfrentar los problemas típicos de un árbol de Navidad, desde ser volteado y orinado por el perro, correr riesgo de electrocución e incendio debido a las guirnaldas eléctricas compradas en la calle Cabildo de Nebraska a soportar la tortura de ser llenado de globos navideños en las partes más incómodas del cuerpo (desopilante la escena en que la hijita de un año de John intenta colgarle un adorno en forma de campanita en las partes nobles). En la última media hora, -un giro inesperado- unos ladrones entran en la casa y él logra expulsarlos arrojándoles globos navideños y asfixiándolos con las guirnaldas de papel metalizado. Al final, John se reencuentra con Danny, comprende que su carrera profesional no lo es todo en la vida y recupera su forma humana, salvo en el coxis, doind ele queda una rama plegable a modo de rabo (en la secuela, John volverá a ser un árbol de Navidad, esta vez para llevar felicidad a otro hogar destrozado).
CONTENEDOR DE AMOR (“Sam Container”): Sam Bubidibubidiblogsloglosblobombmsonn es un existoso traficante de armas tan dedicado a su trabajo que apenas ve a su familia. En la semana de Navidad, escucha azorado cómo su pequeño hijo Timmy le pide a Dios que “la Policía atrape a papá, así podré verlo mas seguido” (en la versión original, Timmy pedía que la policía lo acribille, a modo de venganza, pero los productores opinaron que era un poco fuerte). Aturdido y angustiado, Sam concurre al puerto a recibir una entrega de rifles Kalashnikov para reenviar a Medio Oriente, cuando es sorprendido por el FBI, se produce un tiroteo y es acertado por una Bala Mágica. Cuando despierta, descubre que ha ocurrido un increíble milagro: ¡Ha reencarnado en un container con productos chinos para ser vendidos en todos los Todo x 2 pesos de Los Ángeles viviente! Bajo su nueva apariencia, Sam deberá enfrentarse a los típicos problemas de los containers, como evitar ser vaciado por los vendedores ambulantes ilegales; un Espíritu Navideño del FBI le explica que el día que se lleven el último producto chino, se desvanecerá. Sam intenta esconderse en su casa, para lo cual debe hipnotizar al conductor de una grúa del puerto para que lo transporte (tiene poderes mentales) y así reencauzar su relación con su hijo. Bueno, en el medio pasan un montón de cosas, pero la cosa es que, cuando se llevan la última planchuela con calcomanías que queda en su interior, el container se desintegra, pero en el camino Sam ha aprendido que no todo en la vida es tráfico de armas, su hijo ha vuelto a creer en Santa Claus (a los 54 años) y, lo que es más importante, le explica que un poco de él está repartido en cada uno de los negocios de baratijas y puestitos en las calles Cabildo y Lavalle de Los Ángeles.
Lamentablemente debo discrepar, pues los argumentos de estas películas son -de lejos- mucho más interesantes que las que se pudieron apreciar la Navidad pasada. Sólo quiero hacer algunas acotaciones:
UN PAPÁ MUY ESPINOSO (“Christmas Tree”)
El estado de Nebraska, tiene 16 calles llamadas "Cabildo". ¿Se refiere tal vez a la que está en su capital (Lincoln) o en su ciudad más grande (Omaha)? Esto es vital conocerlo, para entender la trama dramática del film. Las imágenes de la esposa de John recorriendo la ciudad de Lincoln para encontrar las luces de navidad, serían sublimes. En cambio, si se trata de Omaha, la película entraría en un pozo sin fondo.
CONTENEDOR DE AMOR (“Sam Container”)
Es sorprendente que otra película sobre el mismo tema transcurra también en la calle Cabildo, esta vez en la ciudad de Los Angeles. Esta intertextualidad y el hecho de que la acción se desarrolle precisamente en este conglomerado estadounidense (cuyo nombre, traducido al castellano significa "niñitos sin sexo, pero con alas", animalitos que figuran entre la fauna clásica de todo pesebre navideño) es sin duda una genialidad del autor, un guiño hacia los lectores (en el caso de que la película sea subtitulada) que la convierte en una deliciosa pieza del séptimo arte.
Debo admitir que este no es un recurso novedoso: Héctor Olivera hizo transcurrir su película "La Patagonia Rebelde", en Río Gallegos, una localidad ubicada en una zona llamada "patagonia", lo cual hace pensar que la elección del lugar donde se materializa la historia, no fue del todo inocente.
Podríamos dar decenas de otros ejemplos de esta identificación de una película con el lugar donde transcurre, pero ahora no se nos ocurre ninguno.