jueves, 10 de enero de 2008

Kafka

Dice Luciano: "El escritor Franz Kafka inventó el casco protector para mineros y, por end,e inventó el casco de trabajo en general".
Leer este improbable dato acerca de Kafka me motivó a repasar nuevamente su biografía.
Y un tema que siempre me ha dado vueltas en la cabeza, es la actitud de su amigo y biógrafo, el escritor austríaco Max Brod.
Este hombre, contravino expresamente el pedido que le hiciera Kafka antes de morir, en el sentido de que quemara todos sus manuscritos no publicados, entre ellos: América; El Castillo; y tal vez su obra más representativa, El Proceso.
¿Que habrá pasado por la cabeza de este hombre (Brod) cuando decidió traicionar la confianza de su amigo? ¿Lo habrá hecho por interés monetario? ¿O por amor a su amigo? ¿Habrá podido dormir tranquilo luego de que tomó esa decisión?
Pero más importante: ¿que efecto tuvo esa "traición" en la sociedad en general, y en particular en nosotros, los que leímos o de alguna forma conocimos su obra póstuma? ¿Somos mejores personas? ¿Peores? O la acción de Brod -que seguramente le valdrá una buena estadía en el purgatorio- fue inocua? Quien sabe.
Una frase de Kafka, ya atacado por la tuberculosis: "Mi vida ha sido más dulce que la de otros, y mi muerte será más terrible, en la misma proporción".
Por último, un pasaje de su biografía que pinta con rasgos "leslutherianos" su vida sentimental: "En 1.921 Kafka conoció a la escritora checa Milena Jesenska-Pollak, con la que mantuvo un breve romance y una abundante correspondencia". Otro: "El último año de su vida encontró en otra mujer, Dora Dymant, el gran amor que había anhelado siempre, y que le devolvió las ganas de vivir. Desgraciadamente, al poco tiempo Kafka falleció".