miércoles, 26 de diciembre de 2007

Autocomplacencia

Desambiguación: en este comentario, me referiré a la autocomplacencia moral, no sexual.
Con respecto a la autoevaluación navideña de Podeti (http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/113876.php), me parece que debe estar satisfecho -tal vez no- pues forma parte del 80% de la población mundial: los que tratan de hacer las cosas bien, aunque les lleve un poco de esfuerzo (no demasiado), se compadecen de aquellos a los que les pasan cosas malas, y a pesar de tener algunas agachadas, las asumen con algo de culpa y la firme decisión de no volverla a hacer. Hasta la próxima vez.
Por otra parte, tenemos el 5% de la población, que son candidatos a los altares, y el 15% a los que no les importa nada del prójimo, y que en la ciencia de la Sociología se los conoce técnicamente como "Reverendos Hijos de Puta".
Pero lo que quiero comentar ahora es sobre los que tienen siempre en los labios (y en las acciones) la maldita frase "yo soy amigo de mis amigos" queriendo dar a entender que son unos justos varones (o mujeres, seamos políticamente correctos), capaz de brindarse completamente por aquellas personas que los quieren. Ampliamente, sin limitaciones, mientras que a los enemigos, ni agua.
Entonces encontramos todas las variaciones (generalmente de palabra):
* Yo por un amigo todo, si es necesario, doy un brazo, doy.
* Juan tenía un montón de multas, pero se las borré de la computadora, porque es mi amigo.
* Está bien, la trompea a la mujer, pero cómo me voy a meter. Es mi amigo...
Con esto, reciben su baño diario de autocomplacencia: qué buenas personas son, cómo se preocupan de sus amigos, tienen ganado el cielo.
Bueno, les tengo una sorpresa: Hitler, era flor de amigazo con sus amigos. Los invitaba a cenar, los ayudaba cuando tenían problemas (aunque fueran de dinero) y no dejaba que nada malo les sucediera.
August Kubizek, fue amigo de Hitler en sus años jóvenes, con quien compartió vida durante cuatro años. Kubizek ejerció la profesión de músico gracias al apoyo de Hitler, según sus palabras. No fue un amigo más sino su único amigo por esos años.
Heinrich Hoffmann, el fotógrafo personal de Hitler, fue un gran amigo y logró hacer una inmensa fortuna, gracias al padrinazgo del Führer.
Lo mismo ha sucedido a lo largo de la historia con muchos personajes: El almirante Massera era famoso por los asaditos que se mandaba para sus amigos, que invariablemente terminaban jugando unos partidazos de truco.
Traigo estos ejemplos EXTREMOS, a los efectos de llamar la atención de que ser buenos sólo con aquellos a los que queremos, no es "ser bueno".
Feliz Navidad (pero la próxima, porque esta ya fue).