martes, 15 de abril de 2008

Donde está el Negocio II

La evolución de los blogs: Los Comentaristas Rentados. La torta comienza a repartirse.
En nuestro artículo de ayer ("Blogs en medios periodísticos - Dónde está la torta") describimos la situación de la mayoría de los blogs promocionados por los medios de comunicación.
Como resúmen, pudimos concluir que:
  • Ningún medio le paga a sus bloguistas por esta tarea, para evitar que sea considerada "trabajo", o por lo menos "actividad tolerada" como lo es la prostitución en algunos distritos.
  • Los bloguers perciben sus ingresos en virtud a la cantidad de lectores que acceden al sitio, y por los comentarios que estas personas publican. De todas maneras, aún no está claro si los "sólo lectores" del blog, son el mismo tipo de gente que "los comentaristas".
  • También reciben ingresos cuando los comentarios contienen Publicidad No Tradicional de bienes o servicios, o bien ponen vínculos a otros productos de la empresa.
  • Sufren multas cuando los comentarios critican -aunque sea levemente- a otros blogs colegas, o a sus empleadores. De allí esas extrañas "reglas" de asterisqueo a los comentarios.
  • Los post deben ser lo más provocadores posibles, para generar gran cantidad de comentarios, (a través de peleas entre los comentaristas), que aumentan los ingresos.
Dicho esto, es necesario observar la evolución de estos blogs.
Poco a poco, densos nubarrones comienzan a oscurecer el verde prado de los blogs, amenazando con cambiar para siempre esta actividad, caracterizada por el esfuerzo de muchos para el beneficio de uno.
Los comentaristas han comenzado a alborotarse, y ya surgen voces airadas que dicen ¡ basta ! ¿Hasta cuando van a aprovecharse de nosotros?
Y es claro que el esfuerzo que ponen de manifiesto no es menor: abrir todos los días la misma página, leer los últimos comentarios de la jornada anterior, y luego comenzar una larga serie de F5, F5, F5, o "Actualizar", "Actualizar", "Actualizar", esperando el nuevo artículo. Todo para convencerse que al final, el bloguero es un dandy que se levanta a las 11:00 hs. y escribe los post recién después del mediodía, vestido con una bata de gamuza, mientras bebe un capuccino.
Y todo esto, el lector/comentarista lo hace mientras paga su conexión a Internet, y tal vez priva a su hijo de poder acceder a la computadora para que pueda copiar y pegar de la Wikipedia el trabajo que debe presentar en Física. O más seguro aún, utilizando la conexión (y el tiempo) de la empresa donde trabaja, mientras que cada 15 minutos levanta la cabeza y grita "¿alguien vio los reportes del mes pasado?" para que el jefe crea que está trabajando.
Pero lo peor, sin duda es el tratamiento que se le brinda al fruto de su trabajo (que a veces requiere profundas investigaciones): los comentarios.
Son ignorados, despreciados, a veces insultados. En algunas oportunidades sufren las acciones del bloguero, que en un ataque de soberbia, y creyéndose Yahveh, mezcla los textos, como el verdadero Dios hiciera con las lenguas en el pasado, creando una moderna Torre de Babel digital.
Bueno, esto ya está por terminar. Comienza a notarse el cansancio moral de los comentaristas: cada vez menos originalidad, menos investigación. Cada vez, artículos más cortos y que se limitan a "Genio ! Me hiciste llorar de la risa", o "Yo también odio a los blancos".
Paralelamente, los comentaristas están perdiendo algo que los caracterizaba desde un comienzo: su lealtad a un blog. Cada día más, se los ve comentar en otros blogs, tratando de encontrar "eso" que ya no encuentran en la que hasta hace poco fuera su casa.
Entonces, ¿cual es la respuesta de la industria del blog a esta situación? Los Comentaristas Rentados.
Se han dado cuenta de que con el sólo hecho de hacer aparecer sus palabras en un medio de alcance nacional, ya no pueden conformar a la gente.
Para tratar de mantener a la tropa disciplinada, se apela al recurso más viejo del mundo, que ya creíamos a punto de desaparecer: pagarles por su trabajo.
Los blogueros han establecido un método por el cual, cada comentarista que aporta su texto, recibirá una compensación, mínima, pero que en definitiva le permitirá pagar sus gastos de conexión, y tal vez, cambiar dos de las cubiertas del auto.
Sobre este y otros temas, hablaremos en la próxima entrega de esta serie: "Comentaristas Rentados: la torta se reparte. ¿Por qué a algunos les toca la cereza, y a mí no?".