viernes, 26 de octubre de 2007

Samborombón

La historia de la Isla de San Borombón, (ó San Borondón) es fantástica, y merece ser recordada.
Todo se origina con el monje evangelizador irlandés Brandán, quien nació cerca del 484 en Tralee.
En el 516 partió junto a otros 17 monjes en un barco con el objetivo de encontrar el "Paraíso Terrenal".
La leyenda dice que luego de mucho navegar, llegó a un mar con muchas islas, que algunos identifican con Terranova (sería el primer europeo en llegar a América) o tal vez con las Islas Canarias.
Allí, y para que no se diga que se aburrían, intentaron celebrar una misa en una isla desierta, que resultó ser una gran ballena. Pudieron embarcarse nuevamente, y la isla desapareció, dando orígen a la leyenda de la Isla de San Borondón, es decir, el misterioso caso de la isla que aparece y desaparece.
Transcribo su ubicación: Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo de ese siglo.
Esta isla se localizaría al Oeste del Archipiélago, a 550 Km en dirección Oeste-Noroeste de El Hierro y a 220 Km en dirección Oeste-Suroeste de La Palma, aunque según otros "testigos" que dicen haberla visto, se sitúa directamente entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.
San Borondón mediría 480 Km de largo (de Norte a Sur) y 155 Km de ancho (de Este a Oeste), formando hacia el medio una considerable degollada o concavidad y elevándose por los lados en dos montañas muy eminentes, la mayor de las cuales la de la parte septentrional.
Aquí pueden observar una carta náutica de la época, donde ubica a la isla.

A lo largo de los años, fueron innumerables las noticias de avistajes, y aún relatos de haber puesto los pies en ella, por parte de navegantes que desgraciadamente no pudieron aportar pruebas tangibles.

Y no era cualquier gente, el 3 de abril de 1570, Hernán Pérez de Grado, regente de la Real Audiencia de Canarias, afirma a su regreso haber estado en sus costas y haber perdido allí a parte de sus tripulantes. Tripulantes, por otro lado, con los que mantenía una disputa por unas cuantas monedas; pero eso es otro tema.

Muchas expediciones oficiales fueron organizadas para hallar la isla.

La mayoría no pudo encontrarla, pero los que lo hicieron, aseguran que no pudieron desembarcar por las grandes corrientes que la rodean y que generan remolinos que se tragan a las embarcaciones.

Las últimas noticias a este respecto, son dos fotografías obtenidas por Manuel Rodríguez Quintero en 1957 desde Los Llanos de Aridane (La Palma), quien logró registrar a la isla, en un lugar donde antes -y después- solo había mar abierto.