jueves, 2 de agosto de 2007

Energía Eólica.

Cada vez que se toca el tema de la crisis energética, aparece como una panacea el tema de la energía eólica. No voy a discutir su utilidad y conveniencia, pero sí tratar de hacer ver que no es una solución definitiva, y mucho menos inocua.
La energía eólica tiene sin duda varias ventajas: es renovable, limpia, permite ahorrar combustibles y agua en las represas, y.... nada mas.
Esto no es poco. Sin embargo, presenta algunas características negativas:
1) Produce contaminación visual: su instalación en áreas naturales afean el paisaje, conspirando contra la industria turística.
2) Produce contaminación acústica: esta es muy importante y significa que los parques eólicos deben estar alejados de las áreas habitadas por seres humanos. Esto, y el constante movimiento de las palas, (efecto espantapájaro) hace que la vida salvaje huya de la región, que usualmente utilizaría para reproducirse, nidar, protegerse, etc.
3) Es una energía no gestionable. Esto significa que no puede regularse su producción ya que depende de un recurso de disponibilidad variable, y hasta el día de hoy, impredecible. Los molinos eólicos tienen parámetros mínimos y máximos de producción: entre 5 a 25 m/s de viento. Por debajo del mínimo, no es que "produce poquito". Por encima del máximo, no es que "producen mucho". No. Su producción cesa.
Esto significa que para cada MW eólico, debo tener un MW de reserva, ya sea térmico, hidroeléctrico o nuclear, disponible para cuando el viento sale fuera de los parámetros. O sea, debo tener capacidad ociosa para que entre a funcionar cuando no hay eoloelectricidad. Si yo no tengo esta capacidad de respaldo, cuando baja el viento (o sube mucho), comienzan los apagones.
4) El costo por megavatio instalado es muy alto, por encima de otras fuentes disponibles.
En definitiva, es parte de la solución, sólo si se combina con otras fuentes energéticas.